En el 2007 trabajadores de la Distribuidora de Agua Pura “Salvavidas”, contratados bajo la empresa distribuidora del Petén se organizaron en un sindicato, pese a la negativa de inscripción en el ministerio de trabajo por cinco veces, lo que puso en alerta a la empresa oligárquica, logrando la inscripción como sindicado en mayo del 2008.
El derecho a la organización y la necesidad surge ante reiterados abusos por parte de los empresarios que con bajo salario obligaban a los empleados a doblar o hasta triplicar sus horarios de trabajo, sin una remuneración económica respectiva o justa.
Sumado al desgaste, los abusos y maltratos físicos la empresa nunca garantizó la estabilidad laboral de sus empleados discriminándolos por su falta de educación y aduciendo otras posibilidades “universitarias” ante su negativa a la explotación.
Al lograr su inscripción como sindicato y luego de la notificación por parte del ministerio de trabajo a los empresarios La distribuidora del Petén se declaró en quiebra cuatro días antes que el Ministerio de trabajo reconociera la personalidad jurídica del sindicato –SITRAPETEN-. Como una práctica recurrente en un país en donde los tentáculos de las élites económicas gobiernan y sus intereses se encuentran custodiados en cada uno de los ministerios, la empresa simplemente fue cerrada y sus trabajadores obligados a firmar contratos de renuncia, mientras el ministerio de trabajo nada hizo para garantizar el derecho de los trabajadores organizados en –SITRAPETEN- que a su vez denunció que los trabajadores fieles a la patronal fueron trasladados a otras distribuidoras y se les ofreció nuevos contratos, la empresa sigue impunemente operando bajo otros nombres.
A la fecha y a 3 años de no renunciar a “su derecho” el sindicato ha sido desalojado violentamente en dos ocasiones, sumado al intento de la compra de líderes, amenazas e intimidaciones, las autoridades del gobierno de la UNE (financiado por la empresa de los Hnos. Castillo) han utilizado una política de desgaste, aprovechando la fragmentación y las rencillas sindicales sigue sin dar una respuesta a los miembros del sindicato instalados en el parque central desde hace 36 meses.
En su esperanza y convicción de la necesidad de no permitir mas injusticias, los sindicalistas siguen a la espera, tocado las puertas sin ninguna respuesta. Un miembro de un partido de izquierda les recomendó “…es mejor que depongan su lucha, por que los Castillo son una familia muy poderosa…” los compañeros optimistas comentan que no renunciaran a su lucha y que son ellos los que cargan con el peso de la división de las organizaciones que poco a poco los han dejado en el olvido, prometen continuar, mantienen una esperanza, fiel a su victoria
desalojo en el parque central a miembros de -SITRAPETEN-
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